Emoción, emoción que me toma del cuello, que jalonea al corazón hasta la garganta.
El estomago se contrae, se hace pequeño y después se inflama, fuera de control, como si hubiera algo dentro que jugara con el como si fuera plastilina.
El movimiento del reloj aumenta la sensación, aumenta la ansiedad, mis piernas ya no pueden estar en un solo lugar, ni mis ojos, ni mis oídos.
Regadera, baño, espejo. Lucir lo mejor posible, quiero impresionarlo en el momento en el que nos veamos, ya veo su sonrisa, ya siento como salta su corazón al abrazarme, alistamiento para salir, de este lugar monótono y ruidoso.
La mochila salta y salta, engordó hasta su máxima capacidad, lista para treparse a mi espalda, los dos hacemos buen equipo, solo espero que no me haga falta nada.
Cargada de anhelos e ilusiones, como mi pecho a reventar de adrenalina.
Adentro llevo colores, alegrías con las que me vestiré, la poca ropa que usare; porque aquí más que nada llevo el atuendo de la emoción. Protector contra el sol, el sol que me quiero beber a grandes tragos, el sol que pondrá mi piel roja. Un poco de color a la palidez de mis tristezas.
Ahí estará el gran sol en el cielo, para encandilarme con su reflejo en el agua. Ya quiero sentir como se pone pegajoso el cuerpo, ese calor que solo se siente de aquel lado del mundo. Y al lado mío, llevo otra estrella más. Mi Amor, Mi compañero, la otra parte de mi vestimenta de emoción.
Brilla tanto! Su luz, son como pequeñas manitas que jalan mis cachetes y mi boca, comenzando por ese rictus calmado, hasta la sonrisa de oreja a oreja.
Dos soles serán los que iluminen mi viaje y mi estancia, los que me nutrirán de energía. El sol en el cielo, y el sol que llevo de la mano, al que puedo abrazar y enciende mi corazón como un motor, en el que descanso mi mirada y me induce en un estado sublime de sopor.
Así saliendo de la casa, me despedía, teniendo fe en que volveré. Con 2 bendiciones en cada hombro, se que llegare a salvo, y se que regresare satisfecho, estoy protegido.
La mochila colgada y preparada, y mi mente acelerada; la noche ha caído, la hora se acerca, ya casi puedo olerte en camino, ya casi puedo oler la sal y escuchar el rugir del agua a lo lejos en la oscuridad de la noche, tan oscura que no podemos ver que hay mas halla, pero me lo imagino.
En el carro, me sudan las manos, fijo la mirada de frente, y me dejo guiar por las luces y los cientos de autos que pasan, cada quien tiene su camino, yo voy directo al mío, con la respiración agitada, ya me imagino, ya me imagino su mirada!! Mientras tanto sonrió furtivamente porque se que mentí a mis padres, sobre mi compañía, pero era necesario, este tipo de mentiras hacen mas emocionantes los sucesos.
En la radio no hay nada como de costumbre, basura que no hace nada para calmarme un poco, ya que las piernas parecen resortes; un poco de música clásica hace el camino mas ameno, que si sigo así me voy ahogar de tanto esperar.
Así es como se siente cuando estas a punto de cumplir un sueño, un sueño que habías tenido por años, increíble ver, sentir, palparlo, lo tienes, lo tienes ya casi en tus manos, aguanta el peso, que pronto se hará ligero. Me es imposible describir casi toda la gama de sensaciones, pero ahí voy hacia la entrada, hacia mi punto de partida, donde vamos a tejer el sueño, crearlo, y vestirnos con el, portarlo con orgullo, envueltos en magia, magia que mi pequeño sol que me acompaña crea, que solo la fusión de nuestros propios anhelos es capaz de hacerlo realidad.
El carro se detiene, papa hace preguntas, apenas si logro entender que es lo que dice, miro hacia todos lados, las piernas siguen vibrando, aun no llega mi acompañante, y los segundos pican en el estomago como pequeñas agujas. Entre la música y el frio ligero de la noche, ahí esta ¡! Ha llegado ¡! Se me tambalea el piso, y deprisa me despido, guardo los buenos deseos en la bolsa, mientras veo como se aleja el carro, ya voy firme hacia mi acompañante, de lejitos nos miramos y sonreímos, lo logramos! Una hora mas y dejaremos esta ciudad gris. Un saludo una sonrisa, un abrazo, mochilas en la espalda, el frio de la noche, poca hambre y el comienzo de una pequeña conversación. La hora ha llegado, aquí estamos los 2 solitos a punto de partir, a nuestra aventura, un viaje para dos. Aquí es donde me sumergí en un sueño de 3 días y una ilusión de toda una vida. Desde el momento en el que nos encontramos aquí los dos solitos, sin necesidad alguna de cualquier otro tipo de compañía, se que lo Amo, lo se, es el mi Sueño.
